miércoles, 9 de junio de 2010

ELEMENTOS DE LA BASE GENÈTICA DEL AUTISMO

El propio Kanner, además de aseverar que el autismo constituía un síndrome bien diferente de cuanta enfermedad psiquiátrica se conocía, intuyó que los autistas nacían con algún defecto innato que era responsable de la conducta anómala.
No se ha pronunciado la ultima palabra sobre la genética del trastorno, pero se puede afirmar que el complicado calidoscopio de rasgos autistas, esta de algún modo codificado en el genoma humano. Más que el fenómeno en si, son los componentes del mismo los que están genéticamente determinados de manera poligénica, de acuerdo con la notable variedad fenotípica de presentación.
Apoyan el origen genético del autismo los estudios con gemelos. Cuando uno de los gemelos idénticos, univitelinos, es autista, el otro tiene 60% de probabilidad de serlo también y la variación de oportunidades va de 36 a 90% de padecer un autismo típico; pero es de 80 a 90% si se incluyen otros cuadros clínicos del
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espectro. Las parejas con un hijo autista deben conocer que otro hijo tienen 35 veces más riesgo de ser autista que cualquier otro niño de otros padres sin esta condición. También se han precisado los aspectos genéticos de gran parte de los trastornos asociados como comorbilidad frecuente en el espectro.
Desde el marco hipotético, ciertos genes interfieren el normal desarrollo del cerebro mediante tres procesos esenciales:
• Codificación de mutaciones.
• Variedad de genes normales que pueden causar problemas solo cuando se combinan con otros.
• Genes que vuelven más vulnerables a los niños cuando estos se enfrentan a determinadas situaciones medio-ambientales posiblemente riesgosas.
Dentro de estas se citan a menudo:
• La exposición a sustancias tóxicas del tipo de los metales pesados, principalmente el mercurio (Hg) utilizado en las vacunas (ya descartado por muchos investigadores), el benceno, los bilefilos policlorados y otros que incrementarían la susceptibilidad del niño a la exposición especifica a agentes químicos.
• Calidad y carácter del metabolismo del colesterol y otros lípidos componentes normales de la membrana celular.
• Modo de respuesta a complicaciones propias de los períodos pre, peri y postnatales como injurias por hipoxia, infecciones, sobre todo virales, hipotermia de origen exógena o endógena por mediopragia del control hipotalámico de la temperatura corporal (especialmente observada por el autor) y otros.
La interpretación de las investigaciones se ve complicada por el hecho de que más del 50% de todos los genes funcionales, participan de alguna manera en la determinación de la estructura y funcionamiento del sistema nervioso (16) y que al menos, entre 3 y 20 genes son candidatos a contribuir a la aparición del autismo, principalmente, los relacionados con la síntesis de los más poderosos neurotransmisores como el Glutation, la Serotonina y el Ácido Gamma Aminobutírico (GABA). Pero son sospechosos todos los genes que controlan el cerebro, donde se incluyen los que codifican las cuatro sustancias más
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importantes en la regulación del desarrollo encefálico (17) y el HAR1F o iniciador entre otros muchos (18). Muy probablemente, los encargados de intervenir en el metabolismo lipídico y colesterol tan consustancial a las membranas y los relacionados con el funcionamiento inmunológico, están involucrados. En favor de estos comentarios se sabe que se pueden identificar anticuerpos anticerebro en los autistas (19), lo que ha llevado a sugerir hipótesis de autoinmunidad subyacente, implicada en la patogenia y también se comprobó un menor número de linfocitos T auxiliadores, responsables de la defensa contra las infecciones.
Por adelantos en la psiquiatría molecular se conoce que el glutation tiene que ver con el proceso de aprendizaje y la memoria; la serotonina que se encuentra considerablemente elevada en las plaquetas y líquido cefalorraquídeo (LCR) en 40% de los autistas, interviene junto al GABA en los estados emocionales de ansiedad y depresión, así como en los desordenes obsesivo-compulsivos.
De la disonante orquesta genómica que da lugar al autismo, se pudo precisar 5 a 6 genes anómalos, directamente relacionados con las manifestaciones cerebrales que aparecen durante los primeros días de la gestación.
Asimismo, se sabe que los cromosomas 7, 13 y 15 participan en la génesis del trastorno* Variantes de genes alelos del transporte de serotonina en 17 q 11 – q12 son más frecuentes en los autistas. Se halla muy a menudo la duplicación del cromosoma 15 en la región q11 – 13 en niños con autismo y el gen para el receptor de arginina-vasopresina 1a (AUPR1a) en las regiones RS1 –RS3 pudiera servir de marcador de rasgos autistas. Además, se detectan anomalías en el 7 q 31 – 33 muy vinculadas a los trastornos del lenguaje expresivo.
Otros genes considerados casi seguros candidatos a participar son FOX P2, RAY / ST 7, IMMP2h y RELN en 7 q 22 – 33. En el 15 q 11 33, los subgrupos R GABS – A y UBE3A se están sometiendo a análisis con igual finalidad.
Como puede apreciarse la complejísima investigación genética avanza aceleradamente en la actualidad y se realizan minuciosos estudios con miles de muestras de ADN de autistas y familiares de ellos, cuyo propósito consiste en lograr detallar los genes responsables del fenómeno. Técnicas de punta como DNA-MAT o Microarray Technology (20) y el FISH de hibridación por inmunofluorescencia in situ, soportan en gran medida estos adelantos. Con estos procederes de laboratorio, especializados, es posible detectar anomalías Infomed Neurología
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que serian pasadas por alto con el empleo de técnicas más convencionales o estándar y en breve mediante análisis genéticos facilitados al poderse aplicar a células de la mucosa oral, se hará a mayor número de casos (21). El asunto queda en manos de la biología molecular y la esperanzadora ingeniería
http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-logo/autismo_revision.pdf

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